Actores desde el escritorio?

La Intolerancia Religiosa, problema que requiere intervención inmediata.

En últimas fechas el tema de la Intolerancia Religiosa, a alguien le ha estado dando dolor de cabeza, han aparecido diversas publicaciones en medios estatales que llaman la atención, quizá es por el esfuerzo de querer abordar el problema en el Estado de Chiapas, sin embargo al parecer los “asesores” no han dado una que permita avanzar en lugar de estar estancados, o en algunos casos, retroceder en la atención de los mismos.

El pasado 6 de Junio de 2014, el presidente del Consejo Interreligioso declaró que “afortunadamente en este año no se han presentado casos de intolerancia religiosa en comunidades de la entidad”, refiriéndose al Estado de Chiapas. Aunque reconoció que “se han llegado a enumerar 50 casos que no eran muy públicos y que no han llegado a mayores”. Señala que el Consejo ha estado dando “apoyo moral” a las autoridades y que el mismo Consejo presta atención en las comunidades en donde se han generado este tipo de conflictos (publicado en www.meganoticias.mx).

Posteriormente el pasado 23 de Junio el Consejo Interreligioso retoma nuevamente el tema declarando “que en Chiapas no se han resuelto los problemas de intolerancia religiosa, pues hay vigentes 50 casos”. 

En entrevista, dijo que “más de 80 por ciento de los casos de intolerancia religiosa ocurre en comunidades indígenas que forman parte de las zonas Altos, Norte, Fronteriza y Selva, derivados, sobre todo, de la aplicación de los llamados usos y costumbres.
Los municipios con mayor conflictividad por intolerancia son Las Margaritas, Zinacantán, Tila, Chenalhó, San Cristóbal de las Casas, Teopisca, La Trinitaria y Ocosingo, refirió” (publicado por Notimex).



Llama la atención el inicio de las declaraciones “oficiales” que por un lado reconocen la problemática, sin embargo por el otro lado se trata de dar una palmadita en la espalda  a los responsables de atender los casos de intolerancia religiosa después de más de un año y medio de gestión de los actuales funcionarios. Problemas que llevan más de cuatro años, problemas de familias desplazadas, problemas de amenazas de muerte, problemas de familias sin servicios básicos por meses o años, problemas de despojo de tierras o propiedades y en algunos casos retenciones ilegales que se han dado en estos últimos meses. Ciertamente algunas familias están siendo atendidas rentando casas y otorgando alimentos de manera periódica, sin embargo, la mayoría de desplazados y afectados no han tenido la misma atención y están viviendo en zozobra, en condiciones inhumanas o refugiados en lugares adaptados por sus mismos líderes religiosos para acomodar las familias que fueron desplazadas de manera forzada de sus propiedades.
Y comparto la aseveración del presidente del Consejo Interreligioso que los afectados son de diversas confesiones, Pentecostés, Asambleas de Dios, Testigos de Jehová, Iglesia Adventista, Católicos, Presbiterianos, Bautistas, etc., ya que hemos tenido la oportunidad de platicar y en algunos casos, apoyarles en las gestiones para las mesas de negociación que no siempre han sido establecidas con funcionarios capaces de solución.
En Las Margaritas la mesa de negociación establecida con el Ayuntamiento Municipal, el Delegado de Gobierno, el Subsecretario de la Región, Dirección de Control Operativo y Trámite de la Subsecretaría de Asuntos Religiosos, Pueblos Indios y la Fiscalía de Grupos vulnerables, estaba dando resultados en la atención de cinco casos de Intolerancia en ese Municipio, dentro de ellos de diferentes confesiones; los avances eran muy evidentes para llegar a acuerdos justos sin embargo de un momento a otro se cambian a los actores, se bloquea la participación de algunas instituciones y los problemas nuevamente se estancan. De esta manera, se envía un mensaje a los afectados que no es importante ni relevante la situación que están actualmente viviendo y, por otra, se envía un mensaje a los que ocasionaron el conflicto, que las autoridades no tienen el interés en establecer la legalidad ni de generar condiciones de sana convivencia, sino más bien, de buscar justificación a los hechos realizados.
Quiero aclarar que no lo veo como una política de Gobierno que el Gobernador Manuel Velasco Coello o el Secretario General de Gobierno Eduardo Ramírez Aguilar haya autorizado o señalado específicamente (si así fuera estaríamos en un estado fallido), sino más bien, es la falta de decisiones acertadas de funcionarios locales entre otros más, que no permiten generar una solución legal e integral a los problemas que cada día están creciendo y complicándose con otros temas locales dando entrada a diversos actores políticos que generan más problemas que soluciones.

Si la intención del Consejo Interreligioso es participar activamente en la búsqueda de soluciones para garantizar la libertad de culto en el Estado de Chiapas independientemente de si son minorías o no, será un buen aliado de los que sufren por tener una fe diferente a la mayoría de las Comunidades. No debe haber compromisos ni con las religiones mayoritarias, ni con funcionarios que quieran seguir promocionando una tranquilidad y justicia inexistente en el tema religioso en Chiapas; el compromiso debe ser con la legalidad, el respeto y la tolerancia en cualquier lugar, en cualquier tiempo y bajo cualquier circunstancia.
Y ahí están esperando los más de 50 casos de intolerancia religiosa en cerca de 20 municipios del Estado de Chiapas, que se sumen los actores que generen condiciones de solución; negar los problemas nos elimina la posibilidad de buscarles solución.
La solución del Ejido Chihuahua, Santa Rosalía, Ruben Jaramillo, Pusilá, Avellanal, entre otros, nos muestra que si se pueden lograr avances, falta dedicación, decisión y visión para responder a los derechos de los ciudadanos.
Problemas que son una bomba como el de Mitzitón por dejarlo crecer, problemas que mantienen desplazadas familias como las de Rollón esperando que "alguien" de buena voluntad les ofrezca la reubicación sin que los funcionarios asuman la responsabilidad o proyectos que todavía no aterrizan para la atención de otros tantos problemas.


Ninguna Iglesia debe ser tomada como una amenaza, más bien, debe ser considerada como una bendición por la apertura de diversos canales de apoyo para el desarrollo de las comunidades marginadas.—CoC--

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