Minorías Religiosas en México
Minorías
Mexicanas, a 500 años de la reforma.
Archivo. |
El 4 de diciembre pareciera
una fecha sin importancia en nuestro País, sin embargo en 1860, se establece un
relevante parteaguas que permitía abrir la posibilidad para que cada uno de los
Mexicanos, pudiéramos decidir nuestra identidad religiosa, la que podría
definir nuestro futuro interno (moral y espiritual), así como nuestro futuro
externo con el derecho a vivir nuestra fe como mejor nos conviene
involucrándonos en la vida social y política de nuestro País, como lo establece
actualmente la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público. En esa fecha de
1860 fue publicada la primera Ley de Libertad de Culto.
A pesar del tiempo
transcurrido desde esa fecha y después de muchos ofrecimientos recientes de los
diversos niveles de Gobierno de México para establecer un estado de derecho que
atienda de manera imparcial y justa los problemas de intolerancia religiosa,
ésta sigue estando presente como si la presencia protestante fuera reciente en
México y no existieran procedimientos y recursos para atender ésta
problemática, en este sentido a los protestantes se les sigue tratando como una
minoría sin trascendencia.
Los recuentos de la
persecución religiosa son muchos y de diversos tipos, la encontramos presente
en diversos Estados, Municipios y es evidente más en Comunidades rurales;
hostigamiento permanente basado en amenazas, cortes de agua, cortes de luz,
retenciones ilegales, multas injustificadas, intentos de asesinato, despojo,
suspensión de servicios de salud, de comercio, entre otros derechos que tienen
los ciudadanos y que son suspendidos por “autoridades locales” que, basados en
los usos y costumbres y con el apoyo de algunas autoridades cercanas, han
generado una crisis social en varias comunidades porque consideran que “tienen
el derecho” de considerar a otras personas en igualdad de condiciones, como
ciudadanos sin derecho, por no aceptar participar de las mismas convicciones de
fe del grupo mayoritario.
La violencia ha permeado en diversos sectores, el
religioso no es la excepción, las agresiones a los grupos evangélicos
minoritarios cada día suben de tono; preguntamos entonces: Cómo ha avanzado en
el transcurso de los años el respeto a la diversidad religiosa en México? Las
leyes han podido lograr su objetivo? Cuál es la función de la Sociedad y las
Instituciones? Que es lo que genera que la persecución religiosa siga estando
presente en nuestro País? Porqué la mayoría de los grupos agresores gozan de
total impunidad? Cuáles son las consecuencias de ello?
Quedan
muchas preguntas en el aire y muchas de ellas solamente tienen respuestas en el
Poder Ejecutivo; ni las Fiscalías que su deber es procurar justicia, podrán
responder debido que no tienen argumentos; entendemos pues, que no está a su
alcance la respuesta por no tener la capacidad de decisión en los asuntos que
tienen en sus manos.
Se ha hecho
evidente que el avance de nuestros gobiernos hacia una estructura de justicia,
de igualdad, de respeto, de tolerancia, de crecimiento, de convivencia, de
libertad, están lejos de la realidad en la que vivimos, éstos conceptos no
forman parte del léxico frecuente de los funcionarios de gobierno.
Los grupos agresores
se cobijan bajo los usos y costumbres y, bajo este lema, seguirán siendo
manipulados y usados para intereses ajenos a ellos, les hacen creer que son los
que tienen la razón por ser mayoría y al final abonan a este desmoronamiento
social de corrupción e impunidad; quien termina poniendo la mejilla derecha, la
izquierda, todos sus bienes y la vida misma, sigue siendo la minoría religiosa
identificada comúnmente con la Iglesia Evangélica.
Una pregunta surge irremisiblemente, que tiene que ver la
Intolerancia Religiosa que se vive en México y otros Países con Martín Lutero?
Sin duda cuando Lutero escribió sus 95 tesis, no tenía en
ningún momento la intención de fundar una nueva Iglesia, por el contrario, su
propósito era el de retomar el camino de la Iglesia apegado a las Buenas Nuevas
de las Sagradas Escrituras; sin embargo Martín Lutero vive en carne propia las
consecuencias de la Intolerancia Religiosa, le convocan para que se retracte de
lo dicho, se defiende ante una Asamblea en contra suya, una Asamblea
mayoritaria, aunque Martín Lutero estaba haciendo uso de su derecho a expresar
su convicción espiritual y, al final, se emite un edicto que pone en riesgo su
vida misma; encontramos alguna diferencia en los juicios actuales que se llevan
a cabo frecuentemente en Comunidades mayoritariamente indígenas en México?
El interés manifiesto de las mayorías de las Comunidades
Indígenas en México es el de que cada protestante se retracte ante la Asamblea
o en su caso, será sujeto a una sanción que pone en riesgo su libertad, sus
bienes y su vida misma.
Lutero dijo en sus tesis 94 y 95:
94. “Es menester exhortar a los
cristianos que se esfuercen por seguir a Cristo, su cabeza, a través de penas,
muertes e infierno.
95. Y a confiar en que entrarán al cielo
a través de muchas tribulaciones, antes que por la ilusoria seguridad de paz.”
Lutero pasaría a ser el primero de los perseguidos a
partir de la Reforma, tendría que remar contra corriente, desplazado
forzosamente, permanecer escondido para salvar su vida y buscar fortalecer la
Iglesia que había entendido a raíz de su conocimiento de la Palabra de Dios,
frente a una estructura mayoritaria que había sido posicionada durante muchos
años a través de la figura y edictos del Papado.
Testimonios recientes nos presentan imágenes similares a
las que pasó Martín Lutero, protestantes presentados ante una Asamblea local
nutrida que pretende forzarlos a la renuncia de su fe y lo que encuentran es
una férrea defensa so pena de las sanciones que arbitrariamente y de manera
premeditada, los líderes deciden para sus propios beneficios de liderazgo así
como económicos.
En Chiapas como el Estado de Tabasco, tienen un número
importante de protestantes llegando aproximadamente al 30% de la población en
el censo del año 2010 publicado por el INEGI; es una minoría importante, sin
embargo, señalar estos números causa preocupación ya que la transformación e
influencia social no ha sido relevante y Chiapas sigue siendo uno de los
Estados en donde se registran la mayor cantidad de agresiones y desplazamientos
por intolerancia religiosa registrando a la fecha más de 140 familias
desplazadas y 24 grupos afectados. Lastimosamente se han registrado casos de
intolerancia religiosa entre mismos grupos protestantes que han heredado un
espíritu belicoso; no han aprendido a manejar su mayoría, o no han superado las
vejaciones que han sufrido en generaciones anteriores y que cuando tienen el
control, reproducen el mismo esquema de hostigamiento como los sucedidos en los
casos de La Puebla, Municipio de Chenalhó con un grupo Católico, el caso de
Jose María Morelos y Pavón en el Municipio de Tumbalá o el caso de Nuevo
Zinacantán, Municipio de Chiapa de Corzo, todos en Chiapas, que ha generado
confrontaciones entre grupos Presbiterianos y Pentecostales en donde las
minorías en estos casos, son los grupos Pentecostales.
Sin embargo, a pesar de lo antes expuesto, no todas las
minorías desde la presencia del protestantismo en México forzosamente están
privadas de influencia social, recordemos la ponencia “Los Evangélicos Mexicanos en el
Siglo Veinte” que fue presentada por Luis Scott ante la Fraternidad
Teológica Latinoamericana-México, en donde señala que a principios de los años
de 1900 cuando los protestantes en México “eran
apenas el uno por ciento de la población, habían penetrado en las esferas
educativas, médicas y políticas del País. Para el año 1913 habían establecido
más de 600 escuelas primarias, secundarias y normales, además de varios
seminarios teológicos e institutos bíblicos”.
También se señala la participación activa y decidida de
protestantes en la Revolución Mexicana con personajes Presbiterianos,
Metodistas y congregacionalistas; y que decir del ilustre Moisés Sáenz quien
con su destacada participación en la Subsecretaría de Educación Pública, se
establecieron importantes pilares que fortalecían la educación pública en
México y que al mismo tiempo generó la presencia visible de los protestantes en
puestos públicos.
El ser minoría no quiere decir que no se pueda tener
influencia, a más de 150 años que el Evangelio llegó a México, los avances han
sido importantes y la visión para el futuro debe alentar el crecimiento,
fortalecimiento y a su vez, el rescate de los derechos que se les ha limitado a
los grupos protestantes como el derecho a la libertad de religión establecida
en nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
El concepto puede equivocarse, primeramente cuando el
concepto de minoría deja de ser solamente un término matemático y lo
convertimos en un término mental y espiritual, cuando tenemos temor de
aprovechar las capacidades que pueden ser de influencia o se aprovechan de
manera egoísta, cuando sigue existiendo la falta de reconciliación de los
intereses de los liderazgos representativos de diversas denominaciones que
permita presentar a un grupo de protestantes que luchan por el respeto, por
vivir en tolerancia, por retomar nuevamente sin tabúes, la influencia de manera
organizada en las esferas de la educación, la salud y la vida política de
nuestro País.
A mi parecer, copiar modelos de otros Países no es la
respuesta, las minorías protestantes en México deben generar un modelo propio
que, siendo aún minorías, puedan mostrarse así mismos y a la sociedad mexicana,
que la tolerancia no depende de minorías y mayorías sino, de entender la
diversidad y aprender a convivir con ella.
Los últimos años de Martin Lutero fueron precisamente un
reflejo de las tesis 94 y 95 que él mismo escribiera en el ánimo de entender la
Escritura, que la Persecución terminará para los mortales cuando dejemos de ser
precisamente eso, mortales.
Finalmente los valores que resaltan en nuestro
aprendizaje de la experiencia de Martín Lutero en su travesía por la
Intolerancia Religiosa de su tiempo, tiene que ver con la solidaridad mostrada por el Príncipe Federico al protegerlo
escondiéndolo en el Castillo de Wartburg, la convicción de Lutero al no perder tiempo y traducir la Biblia al
Alemán desde su escondite, la amistad
del gran parte del pueblo Alemán quien lo respaldó después de la excomunión
recibida por el Papa Leon X, la fuerza
espiritual que había desarrollado para sobreponerse a varios conflictos
internos cuando por diferencias y errores propios se separan varios de sus
colaboradores y finalmente haber llegado
a la meta sin que el Edicto en contra de Lutero se cumpliera y su muerte
fuera finalmente en su Ciudad Natal, con mucha diferencia a lo que cien años
antes pasó con su precursor reformista Juan Hus y dando cumplimiento sus palabras: "Pueden matar el
ganso, pero dentro de cien años aparecerá un cisne que no podrán quemar";
sin duda valores dignos de
reproducirse por los grupos protestantes en este Siglo.- Luis Antonio López
Herrera.-
-(Ponencia presentada en el Coloquio Internacional Protestantismo y Mundo Moderno: a 500 años del inicio de la Reforma Luterana y su Influencia en Iberoamérica. Organizado por FES Iztacala-UNAM. Cd. de México, 30 y 31 de Octubre de 2017)-
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